Amarga concesión
Contra todo pronóstico, el candidato republicano Donald Trump se alzó con la victoria en las elecciones presidenciales estadounidenses del pasado 8 de noviembre. Fue una noche convulsa en la que los seguidores de ambos bandos siguieron expectantes el avance del sondeo electoral.
"Esto será doloroso, y lo será por un gran tiempo".
La segunda desilusión de los demócratas tras la derrota no se hizo esperar. John Pedesta, jefe de campaña de la candidata, despide a los votantes que se habían concentrado en Nueva York para recibir a la ganadora de las encuestas con una declaración que dejaba poco margen de duda: "Aún están contando votos, y cada voto cuenta. No tendremos nada que decir esta noche. Entonces escúchenme: todos deberían ahora ir a casa, a dormir. Tendremos más para decir mañana". Derrotados y después de que su candidata les hubiera dado la espalda, los votantes demócratas se retiraron.
Un día después de las elecciones, Clinton acompañada de algunas de las figuras que la han acompañado a lo largo de la campaña -Bill Clinton, Tim Kaine con su mujer, y su hija, Chelsea Clinton- se pronunció por primera vez tras las elecciones.
El discurso no ha dejado indiferente a nadie, la candidata se muestra agradecida, sonriente y esperanzada, lo cual choca con el ambiente general que la rodea que muestra caras largas y una profunda decepción. No obstante, el discurso revela una tímida asimilación de la derrota y reconoce a su adversario como presidente electo de los Estados Unidos.
Desde el punto de vista técnico, nada está escogido al azar. Las banderas a su espalda respaldaban el sentido patriota y reforzaban el espíritu de unidad al cual apeló en varias ocasiones. También destaca un detalle relevante en su vestimenta: el color morado, que además de ser un color transmutado, es la mezcla del rojo y el azul que habían sido motivo de enfrentamiento a lo largo de la campaña, pero que ahora debían servir como punto de encuentro entre un país tan dividido.
Sin lugar a dudas el partido demócrata ha sufrido una gran derrota, tal y como ella misma ha reconocido: "Estos no son los resultados que esperábamos". No obstante, ha sabido recoger varios de los mensajes que Donald Trump le envió durante su discurso la noche de las elecciones tras ser proclamado vencedor, lo cual ha sido bien recibido por ambos bandos.
Como se ha mencionado anteriormente, el sentido patriótico ha sido el más afectado por estas elecciones. Las protestas contra el nuevo líder se suceden y es tarea de cada político exhortar a la población a olvidar las diferencias que se han acrecentado durante una de las campañas más desagradables. Me remito a las palabras de Barack Obama en su primera comparecencia tras la victoria de Donal Trump: "Somos del mismo equipo. No somos solo demócratas o republicanos. Somos patriotas".
Imagen: Wikipedia
Video: RT